martes, 26 de marzo de 2013

Los botones de mi camisa tiemblan pensando en tus dedos.

¿Te he dicho alguna vez lo guapo que te pones cuando me miras con deseo?
¿Y esos ojitos de "voy a comerte aquí y ahora" que
crean más adicción que cualquier droga dura sin cortar?
Tengo que reconocerte que solo quería conjugar
tu boca con mi pecho a ver qué verbo nos salía
y al final, hemos inventado nuestro idioma.

Cuando olvide tu nombre y empiece a llamarte cariño
significará que cualquiera podría pasearse por mis noches,
pero mis mañanas serán sólo para ti.


-Y créeme, cariño, que esto es lo más bonito que le dije a nadie-

¿De verdad nunca te he dicho
que parece que mis manos se hayan hecho para recorrerte?
¿Y que tu risa es poner el cielo entre paréntesis?
Sólo puedo decirte que a estas alturas,
doy la vida por verte cada mañana,
tu culo recorriendo la distancia de la cama al baño
hasta llenarme los ojos de poesía.

No es que te eche de menos,

el problema es echar de más
todo lo que no tenga que ver contigo.
Y no me acostumbro a ver cómo robas suspiros cuando pasas
y esa forma tan tuya de comerte el mundo
como quien se fuma un cigarro de una sola calada.
Porque yo me conformaba con soñarte,
e imaginar cómo serías si no existieras
y de repente, apareces
a enseñarme que a veces, los sueños
despiertan a tu lado y te dan los buenos días
mientras te besan.

Y tienen los párpados hinchados

y todas las constelaciones caben en su espalda
y se te suben encima
y te hacen el amor de formas que todavía
no estaban inventadas.
Tengo que acostumbrarme a ti,
porque no puede ser que lleves diez minutos en la ducha

y ya te haya escrito cinco poemas.
BEBERNOS A MORRO.
No se puede ser fuerte con alguien que es tu debilidad.

jueves, 21 de marzo de 2013

El día después del día internacional de la felicidad.

¿Por qué poner una fecha para ser feliz? ¿por qué un día internacional de la felicidad? ¿y si justo ese día no lo eres? La felicidad es algo momentáneo, es algo que surge, que viene y  que va. Que puede durar un día, o durar un segundo. Hay gente que la encuentra y hay gente que la busca. Todos andamos detrás de la ''felicidad'', pero  no porque el calendario marque un día para ello tenemos por qué encontrarla. Es posible que sea el peor día del mundo, que estés triste y que sientas de todo menos felicidad. Puede que sean horas y horas de desastre. Y es entonces cuando llega alguien que da sentido a ese día, que por casualidad hace que el día de la felicidad cobre sentido. Que con solo mirarte te pone una sonrisa en la cara, y que cuando te giras te esconde unos cachitos de chocolate en la mochila. Tal vez ahí intervenga la suerte, la suerte de tener a alguien que sea capaz de hacerle feliz. Porque al final, todo se reduce a eso, a la suerte. La suerte de que aparezca alguien que saque lo mejor de ti. La suerte de que hayamos coincidido aquí y ahora. En el preciso instante.

La suerte que tengo yo no la tiene nadie.
BENDITA SUERTE LA MÍA