domingo, 2 de octubre de 2011

Me muero y no te educo


La real academia define la palabra imposible como algo que no tiene ni facultad ni medios para llegar a ser o suceder, y define improbable como algo inverosímil que no se funda en una razón prudente. Puesto a escoger, a mi me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo supongo. La improbabilidad duele menos y deja un resquicio a la esperanza, a la ética. Que David ganara a Goliat era improbable pero sucedió. Un afroamericano habitando la casa blanca era improbable, pero sucedió. Que los baron rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió. Nadal desbancando del número uno a Federer, una periodista convertida en princesa, el doce uno contra Malta. El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables.

1 comentario:

  1. Cuando era joven se oía una canción titulada "Si los hombres han llegado hasta la luna..." y venía a decir algo parecido. A veces, la palabra "imposible" es ya un muro de acero curvado contra ti mismo que impide elevarse, estoy de acuerdo.

    Bonita entrada, saludos :)

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