Y es que, la vida no se mide por las veces que respiras, si no por las veces que te quedas sin aliento. Y tú, tú me dejas helada cuando me miras y después me sonríes. Y cuando algo es realmente genial, prácticamente perfecto, ¿qué necesidad hay de buscar cuando ya lo tienes? Pienso aprovechar hasta el último segundo de ti, pienso exprimir mi tiempo contigo como a un limón, sí, me gusta, me gustas.
- Y es que no sabes lo que siento cuando te hago sonreir.
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