viernes, 9 de septiembre de 2011

Eres lo mejor que me ha pasado nunca.

Una vez escuché que el deseo no tiene límites, que una vida no tiene precio, una vez alguien me dijo que el tiempo no se para, que los relojes giran sin pedirle permiso a su dueño, que nuestro corazón late deprisa, que las lágrimas caen despacio. Una vez alguien me dijo que todo esto se multiplica cuando alguien aparece en tu vida, que el deseo se convierte en fuego cuando su mano toca tu espalda, que la vida no tiene precio pero a veces la vendemos a quien nos acompaña tan solo por una caricia, es cierto que el tiempo no se para, y que cuando más despacio intentamos que vaya más rápido van las agujas del reloj. Una vez alguien me dijo que un beso aceleraba aún más los latidos. Es cierto que un escalofrío recorre mi cuerpo cuando te busco y no te encuentro, es cierto que algo me impulsa a abrazarte y a desear que el tiempo se detenga, es cierto que tengo ansias de tus buenos días, pero tengo miedo a tus buenas noches. Quizás todo sea una exageración, quizás todo sea una mentira que alguna vez todos construimos para sentirnos mejor y no caminar solos. Quizás eso que siento cuando no llegas, ese miedo a no volver a verte, miedo a que mis lágrimas empiecen a caer despacio, miedo a que tus besos desaparezcan, a que tus abrazos tan solo aparezcan en mis sueños, pero cuando apareces todo eso se marcha, entonces las esperanzas y las ansias de ti vuelven, y es en ese momento cuando los te quiero afloran, cuando los sueños se convierten en realidad, cuando todos mis miedos quedan reducidos a simples pesadillas.
Una vez alguien me dijo que los mejores regalos eran los sueños y que tarde o temprano estos se hacen realidad, alguien me dijo que el amor no existía, que es tan solo una utopía, una vez alguien me dijo que es de esta utopía de la que sacamos ganas de vivir.


- Ojala todo fuera tan fácil como agarrarse y bailar.

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