martes, 3 de noviembre de 2015

Bibalabida

Con dos examenes a la vista es casi la una de la mañana y no soy capaz de dormir. Llevo desde las 19:30 de la tarde sin hacer nada porque me encanta perder el tiempo. Y las cosas. Y a la gente, también. Hace un par de años jamás pensé que me vería en la situación actual. Hubiera puesto la mano en el fuego por ciertas personas y hubiera afirmado (y afirmé) que alguna (más de un par) no se irían de mi lado. Obviamente no todas las personas que se cruzan en tu camino lo hacen para quedarse. Pero yo pensé que aquellas sí. 
No me respaldaba en dos semanas intensas de chat de tuenti, chat que forjó millones de amistades de flor de un día. Me respaldaba en años de amistad.  
A día de hoy no queda nadie. Solo quedo yo. A veces. Y un poco. 
Por eso sé que la única persona que va a estar siempre contigo eres tú. Mejor dicho, la unica persona que va a estar siempre conmigo soy yo. (Tengo que empezar a hablar de mí). Supongo que a nadie le he descubierto nada nuevo, puesto que esto es algo de lo que somos todos bien conscientes. Ojalá alguien me enseñara a ponerlo en práctica. Pero bueno, puede que el problema radique ahí. Así me va, esperando que otras personas hagan por mí lo que solo yo  deberería (estar dispuesta a ) hacer por mí. 
Perdón si a alguien (o a nadie) le resulto muy pesimista. A lo mejor la amistad y el amor sí que existen.  Pero basandome en lo (poco) que hasta ahora he podido experimentar de momento lo dejo más en proyecto que en teorema. 
Puede que el problema sea yo. Puede que yo no sepa mantener a nadie. Ni siquiera sé si me sé mantener a mí. No soy feliz. Son tres palabras que cuesta y da miedo decirlas en voz alta. Y yo me llevo a palos con el miedo. Tengo miedo del miedo. Pero por dios, ¿cómo no voy a ser feliz? Sí, no tengo motivo para no serlo. Debería serlo. Estoy obligada a ello. No me falta de nada. Pero a lo mejor el tema no esta en lo que tenga. Si no en lo que sea. Uf. 
Sé que me voy a meter en un tema pantanoso, así que demomento prefiero no mojarme. Más. 
Ya he dado demasiada rienda suelta a mi pesimismo por hoy. 
Termino con algo a lo que me agarro con mucha fuerza.
De lo que no ves no te creas nada, y de lo que ves creete la mitad. 

jueves, 23 de julio de 2015

Idas y venidas.

No sé cómo es posible sentirme tan mal y tan bien a la vez. Es una mezcla muy grande y muy extraña de setimientos. Tengo tantas cosas pensadas (y por pensar) que no sé ni por donde empezar. Empezaré con la cabeza. Sobre la cabeza tengo un sombrero nuevo. Sí, me he comprado un sombrero muy grande, muy negro y muy cantoso. 
Lo que me ha pasado con el sombrero creo que es algo que yo creo que merece la pena contar, porque es una simple y real metáfora de algo que me sucede constantemente. 

Quería un sombrero. No sé por qué. Está claro que no es lo mismo llevar por la calle un sombrero que podría funcionar perfectamente como barca, que unos zapatos o yo que sé qué.
No es lo mismo. Y no era capaz de decidirme a comprarme uno por varios motivos. ¿Me lo voy a poner lo suficiente como para comprarme uno? ¿Me mirará raro la gente por la calle? ¿Me dará vergüenza ponérmelo? ¿Qué pensará la gente? 
Cada vez que entraba a una tienda y veía uno me lo ponía y me miraba al espejo. 

Estoy estupenda, voy a comprármelo. Pero. ¿Me lo voy a poner lo suficiente como para comprarme uno? ¿Me mirará raro la gente por la calle? ¿Me dará vergüenza ponérmelo? ¿Qué pensará la gente?
Y los volvía a dejar en su sitio. Después de pensar y tontear bastante con ellos un día me decidí y me autoconvencí. 

Patricia, 10€ te lo gastas en cualquier cosa, ¿qué son 10€ en la vida? Si lo quieres, cógetelo. 

Autoconvencida me puse a buscar uno que me gustase, y claro, cómo no, basta que lo busque para que no encuentre. En fin, al final encontré (y no precisamente uno para hacerlo fácil. Bueno, a lo mejor soy yo que lo hago todo muy difícil) Llegué a probarme como 4 y no sabía cual llevarme.

 Joder, que alguien me enseñe a decidir por-fa-vor. ¿Qué más da uno que otro? ¡Simplemente coge uno y ya está!

Lo cogí y ahora sólo puedo pensar en por qué no me lo compraría antes. Qué feliz con mi sombrero, virgen santa. Me lo pienso poner cuando me apetezca. 

Moraleja. Si desde un principio no me hubiese importado lo que puedan pensar los demás, hubiera empezado a ser feliz con mi sombrero mucho antes. Sólo una cosa más respecto al tema sombrero, este es el primero que me compro, pero no el último. 

Parece una tontería padre, pero no sabéis el cambio de pensamiento que supone esto para mí. 

¿Por qué hablo en plural si ni siquiera sé si me lee más de una persona? ¿Si ni siquiera sé si alguien me lee? Bueno, qué importa. 

He pensado en que quiero cambiar muchas cosas en mí. 
He decidido que  todo lo que me proponga lo voy a empezar. 
Y que todo lo que empiece lo voy a terminar. 
No quiero dejar cosas a medias en el tintero. Por eso, todo lo que sienta lo voy a escribir. Tengo frío, en Irlanda hace un frío de cojones. 
Bueno, a ver, supongo que tendré que empezar a seleccionar mejor lo que escribir. Porque tengo que empezar a seleccionar lo que quiero para mí en mi vida. Porque ahora mismo no sé seleccionar, como creo que ya he demostrado a lo largo del post. 

Anyway, estoy triste porque estoy sola, pero estoy feliz porque estoy pasando más tiempo conmigo. No voy a pasar ni un minuto más tratando de agradar a nadie, porque he descubierto que me siento mejor cuando me agrado a mí misma. 

miércoles, 24 de junio de 2015

 This summer is gonna hurt like a mthrfckr.

Me afino porque sé que tengo que empezar a entonar. Entonar el "mea culpa". No sé por qué ha pasado tanto tiempo desde la última vez que escribí algo. O sí. Tampoco sé por qué vuelvo ahora. Casualidades. O no. Igual no es casualidad que me ponga a escribir después de meses (muchos) y reciba un mensaje. Un mensaje que, bueno, supone mucho y sorprende poco. De la misma manera que yo no me sorprendo al observar impotente las consecuencias de un error. Porque todo tiene consecuencias, tanto para bien como para mal. (Puede que esto sea el principio de)
Acción-reacción. 

Acción es lo que me ha faltado para escribir. Reacción es lo que me ha sobrado. Malas reacciones, y tambien malas decisiones. 

Y volviendo a mis errores, (volviendo a hablar de ellos, quiero decir, espero. Igual que espero que pase el verano. Este año, todavía no sé si por suerte o por desgracia, por acierto o por error. Otro error, vaya. En fin, no sé si es castigo o recompensa. Quizá sea necesario privarme de un verano para encontrar, y ver. Y sobretodo pensar. 
Y también conocer. Y conocerme. 
Es curioso que según me voy conociendo más nos conocemos menos.)
Y volviendo a mis errores, y entonando de nuevo, nada me salva de todo esto. Quien lo rompe lo paga. Yo lo he roto, yo lo pago. Yo he puesto el goterón que ha colmado el vaso. 
Joder, que he cometido el error que siempre he estado pensando recibir. 
No me preguntes por qué. No sabría responderte, porque creo que ya no sé escribir.