No sé muy bien qué quiero decir hoy, y no sé como filtrar lo que sea que tengo que decir. Hablo desde el enfado, la rabia, el orgullo y la tristeza. Mi porcentaje de algo bueno es más bajo que la batería que me queda.
También hablo desde la soledad. Porque lo he elegido. Sentirlo, no hablarlo. Me estoy "librando" de todas aquellas personas que lleven aroma del pasado. Todas. Hasta las más pesadas.
Y lejos de sentirme libre me siento triste. Me siento en el suelo de la misma jaula pero con menos compañía.
Decido apartarles de mi lado pero luego siempre les echo de menos. Me da pena y nostalgia acabar con años de amistad por mis demonios e inseguridades. Pero si no puedo convivir ni conmigo misma cómo voy a convivir con nadie más. Mi barco se hunde, y yo con él.