Ni mil velas, ni rosas, ni tartas. Tampoco globos, ni una cena romántica. Nada de pendientes, ni regalos caros. Tan sólo una velita
rosa sobre un pequeño pastelito tratando de imitar la forma de un corazón, y una sonrisa, la sonrisa de alguien que está a punto de dar una sorpresa, impaciente por ver la reacción de la otra persona; y además una insinuación muy clara: "dime que no te has lavado los dientes, ¿has tomado ya el postre? ¿No?
Perfecto." Nunca con tan
poquito y con una sonrisa
tan apetecible y sincera habían logrado hacerme sentir tan feliz como me hiciste en ese momento. Ni en 14 vidas sería capaz de llegar a devolverte algo tan "
grande" (eso sí, 14 vidas llenas de intentos)
(El mejor de los regalos es una buena compañía)
Te tengo en mi cabeza, pero te prefiero en mi cama.
Que linda entrada! la compañía es lo que vale ♥
ResponderEliminarUn beso grande :)